Según detallaron desde la veterinaria, la perra sufrió convulsiones, desorientación, pupilas dilatadas, taquicardia, respiración acelerada, mucosas rojas y temperatura de 41 °C. La familia descubrió un sapo de grandes dimensiones en su patio, cuya bufotoxina habría provocado la intoxicación.
El animal, identificado como Rhinella marina, conocido también como “Sapo de Caña”, es mucho más grande que los sapos comunes de la región, de color pardo amarillento mezclado con verde, y puede crecer hasta 20 centímetros. Su veneno es lechoso y blanquecino, secretado por glándulas ubicadas detrás y encima de los ojos, y puede ser expulsado incluso a distancia hacia ojos, boca o nariz del animal.
Desde la veterinaria advirtieron que no se trata de un sapo común, sino de especies tropicales que normalmente habitan en el norte, aunque vecinos comenzaron a reportar su presencia en patios de la ciudad.
Qué hacer ante el contacto con sapos venenosos
Lavar bien boca y ojos de la mascota para evitar que el veneno llegue al tracto digestivo.
Acudir de inmediato a un veterinario, ya que el veneno puede ser letal en minutos.
El llamado de alerta se da tras otros incidentes en la zona, como en Urdinarrain, donde tres perros murieron tras contacto con este tipo de sapo.
Diario La Paz